sábado, 13 de junio de 2009

BATALLA DE JEREZ, EN DONDE PELEO DON DIEGO VARGAS, QUIEN AL PERDER LA ESPADA TOMO UN RAMA DE ENCINO Y MACAHACO TANTOS MOROS QUE LE APODARON MACHUCA.


Hay personas que cuando entran en una lucha no se rinden ante ninguna dificultad que se les presente, buscan rápida solución para no darse por vencidos y eso es lo que le pasó a Diego Pérez de Vargas en la batalla de Jerez.
En plena campaña de reconquista y poniendo como disculpa – por poner algo ya que en aquellos tiempos ir a pelearse con los moros era lo habitual – que los musulmanes se habían apoderado del castillo de Quesada, Fernando III decidió enviar una expedición de razia contra Andalucía, que en esos momentos obedecían al caudillo murciano Aben-Hut. Participaba en esta expedición su hijo Alfonso, niño todavía, por lo que al mando iba el magnate don Alvar Pérez de Castro y acompañando a éste, entre otros, los hermanos Diego y Garcí Pérez de Vargas.
Don Alvar decidió dirigirse hacia Córdoba y no dejaron cosa en su sitio, quemaron, destruyeron y saquearon todo lo que se les puso delante; llegados a Palma del Río la asaltaron y no dejaron a nadie con vida según dice la Crónica de Veinte reyes; luego siguieron hacia Sevilla, pasaron por delante de ella y llegaron a Jerez. Una algarada tan grande como esta no era normal verla en al-Andalus, por eso Aben-Hut hizo un llamamiento general a todos los musulmanes de sus dominios reuniendo un ejército varias veces superior al de los cristianos y levantó sus tiendas en un olivar entre los cristianos y Jerez. De saber lo que iba a ocurrir, creo que jamás hubiera escogido dicho lugar.
Después de haberse confesado con un clérigo los que pudieron, y unos con otros los que no lo tenían y tomándose tiempo todavía para nombrar caballero a Garcí Pérez de Vargas, por don Alvar, los cristianos formaron un único bloque muy conjuntado que se lanzó en tromba al ataque y a los gritos de Santiago y de Castilla, lograron abrir brecha en el bando enemigo.
La lucha fue tan violenta que Diego Pérez de Vargas se quedó sin armas al quebrarse su lanza y su espada, pero en el furor de la contienda, y ya metido en faena, desgajó de un olivo una gruesa rama y manejándola a guisa de porra descargó golpes a diestro y siniestro sembrando la muerte y el espanto, los que estaban más cerca, dejaron de pelear para observarlo y Alvar Pérez le repitió una y otra vez: “Así, así, Diego, machuca, machuca”

Llamáronle a Diego Pérez,
de Machuca el afamado;
de aquel día en adelante,
este renombre le han dado
.

Efectivamente, a partir de entonces, y después del éxito de la batalla, se le concedió el derecho de usar el nombre de Machuca como apellido, a él y sus descendientes; y en su escudo figuró la rama de olivo.
Fue tan renombrado este hecho, que Cervantes lo saca a colación cuando a Don Quijote se le rompe la lanza al atacar a los molinos:

“Yo me acuerdo de haber leído que un caballero español, llamado Diego Pérez de Vargas, habiéndosele en una batalla roto la espada, desgajó de una encina un pesado ramo o tronco, y con él hizo tales cosas aquel día y machacó tantos moros, que le quedó por sobrenombre Machuca. Hete dicho esto, porque la primera encina o roble que se me depare, pienso desgajar otro tronco, tal y tan bueno como aquel que me imagino, y pienso hacer con él tales hazañas, que tú te tengas por bien afortunado de haber merecido venir a verlas, y a ser testigo de cosas que apenas podrán ser creídas”.

FUENTE: El rincón de Leodegundia

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